jueves, 13 de septiembre de 2012

HIDRATACION DEL NIÑO


La deshidratación se produce cuando el cuerpo pierde líquido de forma excesiva. Por tanto, debemos saber reconocerla y estar atentos a ciertos síntomas que podrían indicarnos que el niño está deshidratado. Como por ejemplo: las fontanelas del recién nacido se ven hundidas, la piel reseca y pálida (ligeramente grisácea), el niño orina menos de lo habitual y de color oscuro, escasa saliva, deposiciones secas y duras, falta de ánimo, somnolencia, etc.
No sólo el calor puede llevar a la deshidratación, también hay que estar atentos en el caso de que el niño tenga diarrea, lo más frecuente por una infección gastrointestinal. Debemos evitarla en la medida de lo posible con correctas medidas de higiene y si no ha sido posible evitarla, asegurarse de mantener al bebé hidratado mediante agua o sueros.
en los niños menores de dos años, la proporción de agua es entre el 70 y el 80 por ciento de su peso corporal, mientras que en los adultos es entre el 50 y el 60 por ciento. Por eso, los niños necesitan beber más agua que los adultos. De ahi la importancia del consumo de agua en la infancia.
Por tanto, para mantener una hidratación adecuada debemos ofrecerles agua con frecuencia, aproximadamente cada dos horas, incluso antes de que sientan sed.
La cantidad de agua diaria que debe beber un niño es de entre 50-60 ml por cada kilo de peso, es decir medio litro de agua para un bebé de 10 kilos, por ejemplo.
Por la rapidez con la que pierden agua los niños, la ración es proporcionalmente más elevada que la recomendada para adultos, a quienes se les aconseja beber 35 ml por kilo de peso, entre 8 y 10 vasos diarios.
Opinión: la hidratación en los bebes y niños es muy importante ya que las necesidades de agua en los niños son mayores que las de los adultos. Los pequeños tienen más riesgo de sufrir deshidratación, lo que puede causar graves consecuencias.

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