Hoy
en día nadie duda de que la higiene y el lavado de manos han sido claves para
tener la salud que tenemos. Es algo tan importante que exista el Día Mundial
del Lavado de Manos cuyo
fin es recordar a adultos y niños que con un acto tan
simple como lavarnos las manos
podemos prevenir muchas infecciones y contagios.
Sin
embargo, de un tiempo a esta parte, son muchos los investigadores que están
trabajando en la llamada “hipótesis de la higiene”, por la que explican que al
final hemos sido tan escrupulosos, tan limpios, que nuestros cuerpos se han
hecho vulnerables a otras enfermedades que no dependen tanto de la higiene.
Dicho de otro modo, que un poco de suciedad en los niños podría no irles mal.
Según
los defensores de la “hipótesis de la higiene”, al reducir drásticamente el
número de desafíos que el ambiente ofrece al ser humano el sistema inmunitario
tiende a entrenarse menos y peor, provocando que algunas enfermedades sean
ahora más graves que antaño.
Por
ejemplo, hablan de que ahora hay más alergias y que las
reacciones alérgicas son más graves, algo que es cierto, pero
cuya causalidad habría que demostrar, pues también se habla (lo dicen otros
investigadores) de que la manipulación actual de los alimentos los hace más
“irritables”, como si cambiaran para defenderse y se convirtieran así en
alimentos más alergénicos. Hablan también de trastornos gastrointestinales como
la enfermedad inflamatoria intestinal y la enfermedad de Crohn y de trastornos
autoinmunes como la diabetes tipo 1 y la esclerosis múltiple.
En
apoyo a sus palabras ejemplifican lo saludable que puede llegar a estar alguien
que vive en una granja o que tiene un perro, que difícilmente sufrirá alguna de
estas patologías (seguro que en más de una ocasión os habréis acordado de los
niños de la calle, esos que, según se dice, casi nunca están malos en
comparación a los nuestros).
Opinión: la limpieza es fundamental en
nuestro cuerpo por así evitamos que los niños no se contagien de enfermedades.